Una sociedad puede considerarse democrática si proporciona libertades políticas, incluido el derecho garantizado por el estado a participar en asociaciones políticas. Los ciudadanos pueden defender sus derechos y participar en la lucha por el poder uniéndose en movimientos o partidos políticos.
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¿Qué es un movimiento político?
La sociedad no es una masa homogénea de personas. En él hay varios grupos sociales que difieren en su lugar en la vida pública y en sus intereses fundamentales. La interacción de grupos de personas con el gobierno actual a menudo conduce a un choque de intereses opuestos. Uno de los objetivos de la actividad pública de las masas es proteger sus derechos y libertades, expresar sus puntos de vista e influir en las políticas públicas. Estas tendencias son impulsadas por los movimientos políticos.
Un movimiento político es una formación voluntaria de ciudadanos, que es masiva y se crea por iniciativa de las personas que conforman su fundación. El movimiento sirve para reunir a personas con un objetivo común. Puede tratarse de una lucha por la paz o la ecología, la oposición a la carrera armamentista, la protección de los intereses nacionales o la preservación de la identidad cultural.
Hoy en muchos países democráticos del mundo hay más de cien movimientos, algunos de los cuales abogan por la protección de los derechos humanos o la preservación del medio ambiente. Típicamente, los movimientos políticos son diversos en su composición social y se basan en el autogobierno espontáneo. La membresía en el movimiento político, como regla, no se proporciona. La gestión la lleva a cabo un órgano electo formado en forma colegiada.
La actividad de los movimientos políticos consiste en organizar una amplia variedad de acciones. Pueden ser manifestaciones, marchas, piquetes, recolección de firmas en apoyo de una iniciativa. El carácter político de tal movimiento está vinculado al deseo de influir en las decisiones de las autoridades.