Sonia Godet es una jugadora de curling canadiense, tres veces ganadora de los Juegos Paralímpicos. Las difíciles pruebas que cayeron sobre su suerte no rompieron a esta valiente mujer. El optimismo, la fortaleza y la fortaleza ayudaron a Sonya a renacer para una nueva vida, aunque no similar a la anterior, pero no sin sus victorias y triunfos.
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Biografía: infancia y familia.
Sonia nació el 22 de julio de 1966 en North Vancouver, Columbia Británica. Antes de su matrimonio, ella llevaba el apellido Melis. Abraham y Joanna Melis tuvieron cuatro hijos. Sonya creció rodeada de dos hermanas mayores y un hermano menor. Sus padres eran inmigrantes; en 1962 se mudaron a Canadá desde los Países Bajos. La familia se estableció en el norte de Vancouver: esta parte de Vancouver, separada por Burrard Bay, tiene el estatus de municipio y su propia administración.
En su casa en los Países Bajos, Abraham Melis sirvió en la Royal Navy y la Policía Nacional. El jefe de la familia era un atleta, jugaba al fútbol cuando vivía en los Países Bajos y en Canadá se cambió al boxeo y al softbol. El ejemplo de su padre inspiró a Sonya desde temprana edad a dedicar tiempo a la actividad física. Le encantaba nadar, esquiar y andar en bicicleta, jugar voleibol, tenis, softbol y baloncesto.
Lesiones severas y nueva vida.
Hasta el fatídico día de 1997, la biografía de Sonya era bastante ordinaria: una vida personal establecida, familia, hogar, hijos. Ella y su esposo Dan Godt se establecieron en Vernon, ubicado en el pintoresco valle de Okanagan, en el sur de la región de Columbia Británica. Sonya dio a luz a un hijo Colten y una hija Alisha, ella estaba comprometida en una casa y niños. No abandonó sus pasatiempos deportivos, sino que, por el contrario, les agregó otros nuevos: montar a caballo.
Montar a caballo fue la causa de un accidente que cambió para siempre la vida de una mujer joven. Su caballo se alzó y cayó de espaldas con su jinete. Sonya recibió una lesión severa de la médula espinal, debido a lo cual permaneció paralizada debajo de la línea del pecho. La Sra. Godet recuerda vagamente su caída del caballo, así como los días de estadía en el hospital. El principal estímulo para el regreso a la vida fueron sus hijos pequeños, de 3 y 6 años.
Ante las oportunidades limitadas, Sonya tuvo que volver a aprender muchas cosas y acciones familiares. Además de su esposo y seres queridos, el atleta paralímpico Rick Hansen la ayudó mucho. En Canadá, es conocido no solo por sus logros deportivos, sino también por su gran contribución a la creación de un entorno accesible para los discapacitados. Hansen compartió con Sonya tanto la experiencia para superar las dificultades domésticas como las oportunidades de adaptación para practicar deportes. Tres años después de la lesión, Godet volvió a un estilo de vida activo. Aprendió a jugar baloncesto de una manera nueva, a nadar, esquiar, a remar y a hacer curling.
En su ciudad, Sonya se convirtió en la embajadora de la Fundación Rick Hansen, que está creando un entorno deportivo accesible para personas con discapacidades. Gracias a sus esfuerzos, se organizaron clases de baloncesto para sillas de ruedas en Vernon.