Hay días especiales en el calendario de la iglesia en los que se conmemora a los muertos. Estas fechas en la tradición cristiana se llaman sábados parentales universales. El 30 de mayo, el sábado parental de la Iglesia en la Trinidad celebra a todos los cristianos ortodoxos fallecidos.
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La Iglesia proclama al hombre que el recuerdo de nuestros seres queridos fallecidos no es solo un deber religioso y un deber de todo cristiano. En primer lugar, esta debería ser la necesidad moral del alma humana, una manifestación de amor por aquellas personas que han completado su viaje terrenal.
La Iglesia determina los componentes principales de la conmemoración de los muertos, que consiste en orar por los muertos, hacer misericordia, ayudar a los demás en memoria de los seres queridos fallecidos. No debemos olvidar el deber de mantener el entierro de los muertos en la limpieza adecuada. Es por eso que la tradición de visitar cementerios en los días de los padres es un componente importante de la memoria de los familiares fallecidos.
Un cristiano creyente necesita distinguir la superstición de una verdadera tradición ortodoxa. Las costumbres perversas que se han infiltrado en nuestras vidas incluyen la conmemoración en los cementerios de los fallecidos con alcohol, y dejar vasos de vodka y cigarrillos en las tumbas. El creyente debe comprender que el lugar de entierro de nuestros vecinos es sagrado, por lo que debe comportarse piadosamente en el cementerio.
En la tradición de la iglesia, no existe un concepto de recuerdo del difunto con alcohol, porque el término "recuerdo" en sí mismo indica la necesidad de un recuerdo de oración del difunto. La práctica de dejar comida en las tumbas del difunto no tiene sentido, porque el difunto ya no necesita comida material. Es sacrílego verter vodka sobre las tumbas. Todas estas costumbres entraron en la vida de las personas en el período soviético como un sustituto del significado principal de la conmemoración ortodoxa: el recuerdo de oración de los difuntos.
Un creyente necesita saber que tales tradiciones impías no tenían un lugar en la Rusia prerrevolucionaria, por lo tanto, es un error decir que "siempre ha sido así". A este respecto, no es necesario seguir adhiriéndose a tales costumbres.