Los estados enanos de Europa tienen un territorio pequeño y una población mínima, pero esto no les impide ser conocidos en todo el mundo. ¿Quién nunca ha oído hablar de ellos al menos una vez?
Pero ni Andorra, con una población de 76 mil personas, ni Liechtenstein con una población de 160 mil, ni San Marino con 32 mil ciudadanos, no se pueden comparar con la ciudad del Vaticano, en la que viven unas 830 personas.
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Historia del vaticano
Gracias a los Acuerdos de Letrán firmados en 1929, el estado más pequeño del enclave europeo surgió dentro de las fronteras en las que ha existido hasta el día de hoy.
El Vaticano se encuentra en la parte noroeste de Roma, en la Colina del Vaticano, y tiene una frontera con el único estado: Italia. En un área de aproximadamente 0, 44 kilómetros cuadrados, se recogen obras maestras de arquitectura y pintura que los historiadores del arte de países mucho más grandes estarían encantados de ver en sus colecciones: la Basílica de San Pedro, el Palacio Papal, la Capilla Sixtina con frescos de Miguel Ángel, el Museo Etrusco de Gregoriano, el Museo Gregoriano Egipcio, el Vaticano biblioteca y muchos otros museos y palacios.
La Biblioteca del Vaticano existe desde hace más de 6 siglos y tiene la mayor colección de manuscritos de la Edad Media y el Renacimiento.
Con respecto al sistema político, el Vaticano tiene una monarquía teocrática. En manos del Papa, quien es elegido de por vida por los cardenales en el cónclave, se concentran todos los poderes ejecutivo, legislativo y judicial.
El único caso de abdicación en los últimos 600 años ocurrió en 2013, cuando Benedicto XVI rechazó la dignidad de su propio libre albedrío.
El principal cuerpo legislativo del Vaticano es la Comisión Pontificia, y la Curia romana es responsable de la parte administrativa. El Vaticano también tiene su propia economía: verdadera, sin fines de lucro. El estado vive únicamente a través de donaciones hechas por católicos de todo el mundo. Parte de los fondos para la tesorería del Vaticano proviene del turismo: la venta de recuerdos y boletos de turismo.
A pesar de que el Vaticano no es miembro de la Unión Europea, pertenece a países en los que, por acuerdo con el Banco Central Europeo, se le permite oficialmente usar el euro.
Pero el euro en el Vaticano es muy especial: en el reverso de las monedas se puede ver el perfil del pontífice gobernante.