Cualquier sociedad siempre tiene una cierta estructura social. Las personas interactúan, uniéndose en diferentes comunidades y grupos sociales. Históricamente, la primera comunidad social fue la familia, el clan y la tribu. Con el tiempo, tales comunidades comenzaron a formarse por otros motivos: la similitud de intereses, objetivos, funciones y necesidades culturales.
Cada persona participa en una variedad de formas de vida social. Al mismo tiempo, puede ser miembro de una familia, sección deportiva, empresa u organización religiosa. Al ver un programa de televisión, se convierte en parte de su audiencia y, al leer una revista en particular, se convierte en parte de los lectores de esta revista. Una persona vive en una localidad, lo que significa que pertenece a esta comunidad territorial. Es ciudadano de cierto estado y representante de cierta nación. Esto está lejos de ser una lista completa de las formas de vida social en las que cada uno de nosotros tiene que participar.
Las comunidades sociales son una forma necesaria de la existencia humana. Es en ellos que se crean todas las condiciones y medios que contribuyen al desarrollo de la personalidad y satisfacen sus necesidades e intereses. Sus actividades afectan la sostenibilidad de la sociedad, su funcionamiento. Las leyes de la formación y existencia de tales asociaciones son estudiadas por la sociología.
La comunidad social tiene las siguientes características:
- la proximidad de las condiciones de vida de las personas;
- necesidades comunes;
- su conciencia de la similitud de intereses;
- la presencia de interacción y actividades conjuntas;
- la formación de su propia cultura;
- identificación social de los miembros de la comunidad;
- Creación de un sistema de gestión o autogobierno por parte de una comunidad.
Entre las comunidades sociales, se da un lugar importante a las territoriales, como una ciudad, pueblo, región, etc. Son uno de los principales componentes de la estructura social. Esta es una colección de personas que viven en el mismo territorio. Se distinguen por lazos y relaciones económicas, sociales, espirituales y ambientales sostenibles.
Hay comunidades identificadas artificialmente, y hay grupos sociales reales fijados en la estructura social. Por ejemplo, grupos de estatus (élite, desempleados), funcionales (maestros, mineros, médicos, militares), nacional-étnicos (tribu, nación, nacionalidad) y otros. También hay comunidades no fijadas: multitudes, movimientos colectivos nacientes y marginales.