El euro es una moneda única, cuya introducción fue prevista por el Tratado de Maastricht sobre el establecimiento de la Unión Europea como una zona económica única. La introducción del euro se debe a varias razones, algunas de las cuales son económicas, otras son políticas.
Consolidación de la región
Una de las principales razones para introducir el euro fue la consolidación de toda la región europea. Si observa la economía mundial desde el punto de vista de sus centros, puede ver que es América del Norte (Estados Unidos y Canadá), el Lejano Oriente (Japón, China y varios otros países) y Europa Occidental (Unión Europea). La presencia de una moneda única es una herramienta muy poderosa para combinar las capacidades industriales del país; también es una palanca en la competencia con otras regiones económicas.
Costos de transacción
Con la introducción de la Unión Europea, se decidió eliminar la mayoría de las barreras al libre desarrollo económico de Europa como región. La Unión Europea debería significar la libertad de movimiento de personas, bienes y capital, lo que sería imposible si hubiera transferencias constantes de una moneda a otra. Además, las transacciones se llevarían a cabo inevitablemente con pérdidas, lo que conduciría a una desaceleración en el desarrollo económico de todos los países de Europa occidental.
Eliminación de la segmentación del mercado.
Muchos bienes en los países europeos antes de la introducción de la zona euro variaban mucho en valor. Esto fue especialmente notable en el ejemplo de algunos productos alimenticios, alcohol y tabaco y servicios bancarios. Con la introducción de la zona euro, los precios, aunque no completamente, pero sí bastante nivelados, ya que las monedas nacionales ya no sirven como un obstáculo para la libre circulación de mercancías entre países. Además, ahora no hay barreras de entrada al mercado para muchas empresas: una sola zona euro ha eliminado esta barrera.
La lucha contra la inflación
En el pasado reciente, había 11 bancos centrales en Europa que luchaban conjuntamente contra la inflación, a pesar de que todos tenían sus propios intereses. Ahora está el Banco Central, que aplica una política única. La introducción del euro no solo simplificó el sistema bancario e hizo que la situación financiera fuera más confiable, sino que también redujo la necesidad de los países europeos en reservas de divisas.