Yuri Sotnik es el autor de maravillosas historias para niños. Los héroes de sus libros son traviesos y traviesos, pero siempre se esfuerzan por hacer todo lo mejor posible. Las historias instructivas contadas por el escritor no solo son populares entre los niños. Son leídos y releídos con placer por adultos, lectores sabios por experiencia.
![Image Image](https://images.culturehatti.com/img/kultura-i-obshestvo/08/yurij-sotnik-biografiya-tvorchestvo-karera-lichnaya-zhizn.jpg)
De la biografía de Yuri Vyacheslavovich Sotnik
El futuro escritor nació en Vladikavkaz el 11 de junio de 1914. Después de un tiempo, la familia del niño se mudó a la capital de la URSS.
Jura escribió su primera historia en cuarto grado, cuando a muchos de sus camaradas ni siquiera se les dio cuenta. Desde entonces, tuvo el sueño de convertirse en escritor. Pero antes de eso, Yuri tuvo que ganar experiencia y obtener una educación en sus "universidades de vida". Después de graduarse, Sotnik viajó mucho por todo el país. Trabajó como fundidor en el río siberiano Lena, fue asistente de laboratorio en un taller de fotografía. Mucho de lo que Sotnik aprendió de la vida se reflejó posteriormente en sus obras.
En 1938, Yuri se convirtió en miembro de la asociación creativa creada por la editorial "Escritor soviético". Aquí comenzó a estudiar la escritura en serio.
Creatividad de Yuri Sotnik
La primera obra literaria de Sotnik se publicó en 1939. La historia "Arquímedes" de Vovka Grushin "fue publicada en la revista" Pioneer ". Un libro con el mismo nombre fue publicado unos años más tarde. Después de la guerra, el escritor comenzó a componer ciclos completos de sus obras.
En los años 50-60 del corral, Sotnik publicó historias sobre Lesha Tuchkov y su novia Aglaya. Como héroes, eligió niños vivos e inmediatos. Hacen algo mal en la vida, pero siempre se guían por los mejores motivos. Aunque no siempre pueden predecir las consecuencias de sus acciones. Yuri Sotnik no está tratando de moralizar. Simplemente demuestra en qué actos de erupción puede resultar. El lector saca sus propias conclusiones.