La vida del empresario Victor Bout es una serie de dudosos éxitos que terminaron en prisión. Además de su propio nombre, también se le llama el "barón de las armas" y el "comerciante de la muerte". Su actividad en la venta de armas por un tribunal estadounidense se estima en veinticinco años de prisión.
Biografia
Victor Bout nació en Dushanbe en 1967. Creció como un niño inteligente, después de la escuela fue reclutado casi de inmediato en el ejército para el servicio militar. En ese momento, el ejército dio una gran ventaja al ingresar al instituto y, por lo tanto, después del servicio militar, Víctor planea graduarse e ingresa al Instituto Militar de Lenguas Extranjeras.
Tiene la capacidad de aprender idiomas, y ya durante sus estudios comienza a trabajar como traductor en países africanos. Después de la universidad, Booth aprende rápidamente el idioma chino e inmediatamente abandona el ejército, llegando al rango de teniente principal.
Después de eso, Booth consigue un trabajo en un centro de transporte aéreo, desde donde se envían varias entregas a Brasil y Mozambique, y a menudo visita estos países para trabajar. En ese momento, se le ocurrió la idea de su propio negocio en el extranjero, pero esto aún no era posible.
Con el colapso de la URSS, todo cambió: la aviación cayó en decadencia, y aquellos que querían comprar un avión podían comprarlo por poco dinero. Booth se dio cuenta de que este era un buen momento para comenzar su propio negocio y compró un avión, casi abriendo su propia aerolínea.
Las cosas fueron cuesta arriba, y después de un tiempo se convirtió en el dueño de las compañías Transavia e IRBIS. Su primer negocio estuvo relacionado con la entrega de flores frescas y carne congelada, pero esto, al parecer, no fue suficiente para él. Pronto se convirtió en el dueño de Air Cess Liberia en los Emiratos Árabes Unidos.
En 1996, Booth se convirtió en proveedor de aviones de combate rusos a Malasia. Y al mismo tiempo, había rumores de que estaba entregando armas a países en guerra. Entonces Booth vivió en Bélgica, pero ya estaba "en apuros" con los servicios de seguridad que vigilaban su negocio ilegal.
Detección de crimen
Afganistán, Angola, Ruanda, Sierra Leona, Al Qaeda: estos, según los informes de los medios, son clientes de Bout a quienes entregó armas. Los terroristas de estos países recibieron armas que el empresario emprendedor compró en las fábricas de la antigua Unión Soviética.
Los medios de comunicación tenían acusaciones específicas contra él, pero se salió con la suya. Los pilotos testificaron contra él, pero esto no fue reconocido como un argumento de peso.
Y solo en 2002, las cifras oficiales de los ingresos de Booth por el comercio de armas se publicaron en los Estados Unidos: ganó más de treinta millones de dólares solo con suministros para los talibanes.
Desde 2005, comienza la congelación de los activos de las empresas de Booth en diferentes países, y el propio Booth rechazó todos los cargos. En 2008, la policía antidrogas de EE. UU. Arrestó a Bout en Bangkok, y en 2010, el tribunal aprobó su sentencia final: 25 años de prisión.
En 2017, los abogados intentaron apelar el veredicto, pero el tribunal se negó.