La situación casi revolucionaria que se ha desarrollado en Grecia por razones económicas ha comenzado a repetirse desde principios de este año en otro país de la Unión Europea, en España. La crisis económica en el país de los matadores pasó de la etapa de colisiones políticas a la confrontación del valiente primer ministro con los trabajadores y funcionarios del país que luchan por su derecho a trabajar en la Península Ibérica.
La razón de las huelgas y manifestaciones masivas en España fue la difícil situación económica del país. El estado de producción se expresó en la cifra del 8, 9%, tal fue el déficit del producto interno bruto (PIB) en el año que terminó. El país tiene la tasa de desempleo más alta de Europa: a principios de año era del 21%, y en verano había crecido hasta el 24%. Los problemas económicos llevaron a la derrota en la elección del partido gobernante y al cambio de gobierno. El nuevo primer ministro de España, Mariano Rajoy, presentó un presupuesto al parlamento en primavera, que incluía medidas de austeridad crueles. En el proceso de su implementación, los trabajadores y empleados en los sectores apoyados por el estado (minería, salud, educación y otros) sufrirán mucho.
Por supuesto, tales medidas no podían sino provocar las protestas que se han estado produciendo en España desde principios de año, tanto de forma organizada, bajo el liderazgo de los sindicatos, como de forma espontánea. Una de las acciones más destacadas de este tipo, la huelga indefinida de los mineros, ya ha pasado las etapas de protestas espontáneas y enfrentamientos con la policía en el norte del país, una procesión de mineros en la capital de muchos días y una concentración que reunió a varios cientos de miles de personas en Madrid. A principios de año, los españoles estaban más indignados porque la Unión Europea comenzó la asistencia financiera no del sector público, sino del apoyo de los bancos: la estabilidad de la estructura financiera de los españoles comunes está menos preocupada que la pérdida de su propio trabajo.
Mientras tanto, el gobierno continúa firmemente su curso anterior, a pesar de las protestas masivas. La situación financiera de la población en el primer trimestre empeoró en casi un 10% en comparación con el mismo período en 2011, y sin embargo, en el verano, el Primer Ministro anunció un aumento en el impuesto al valor agregado en un 3% (al 21%), una reducción en los beneficios de desempleo. disminuir las bonificaciones tradicionales de navidad. No hay requisitos previos para una disminución en el nivel de protestas en España en los próximos meses.