Los presagios populares evolucionaron durante muchos siglos. La gente observaba la naturaleza, los animales y los eventos que llevaron a ciertas consecuencias. Muchas conclusiones y suposiciones han llegado a nuestros días casi sin cambios. Por ejemplo, la pérdida de una cruz pectoral o la caída repentina de un ícono se asocia necesariamente con malas noticias. Sin embargo, esperar la tristeza no siempre vale la pena.
Signo nacional: el icono caído
Una persona que encuentra un icono caído inmediatamente piensa en posibles malas noticias. Esto se debe a la vieja creencia de que, por lo tanto, Dios advierte de la muerte o enfermedad grave de uno de los parientes cercanos.
Además, el ícono caído puede presagiar cambios menos trágicos, pero aún tristes: fallas, malas noticias, una serie de problemas y dificultades. Sin embargo, este signo es ambiguo en su interpretación. La iglesia no aprueba todo lo relacionado con la magia y la brujería. Las señales son supersticiones que tampoco son aceptadas por la iglesia. Es por eso que un creyente nunca sufrirá en previsión de problemas, sino que prestará más atención a arreglar la imagen o su posición.
Si durante el otoño el ícono se estrelló, entonces debe ser llevado a la iglesia y pedirle consejo al sacerdote. Nunca deseche los artículos consagrados y de la iglesia en el contenedor.
En algunas fuentes, uno puede encontrar la suposición de que un ícono caído puede indicarle a su dueño sobre su declive espiritual o moral. En este caso, debes ir a la iglesia y arrepentirte de tus pecados. Hay que decir las palabras de disculpa y el ícono mismo.
La iglesia evalúa los signos como signos del "maligno", por el cual las fuerzas impuras impiden que las personas hagan buenas obras. Por ejemplo, si una persona sale a la carretera o está planeando una buena acción, un icono caído puede cambiar significativamente su estado de ánimo y sus planes. Psicológicamente, una persona esperará problemas y, muy probablemente, rechazará acciones que solo podrían traer alegría y felicidad.