En la mente del pueblo ruso, hay muchas creencias y supersticiones diferentes, cuyas raíces a menudo se refieren a la cultura de otros países. Actualmente, en Rusia existe la creencia de que a una persona no se le debe dar un reloj. La Iglesia Ortodoxa tiene su propia visión de esta práctica.
![Image Image](https://images.culturehatti.com/img/kultura-i-obshestvo/76/mozhno-li-darit-cheloveku-chasi-pravoslavnij-vzglyad.jpg)
Mucha gente cree que no debes darle un reloj a una persona. Esto se aplica no solo a un accesorio de muñeca, sino también a un regalo de pared. Las personas consideran que es un mal presagio dar relojes, porque pronto una persona que ha aceptado un recuerdo como regalo puede sufrir o incluso morir.
Tal superstición tuvo lugar en la antigua China. Fue allí donde un regalo en forma de reloj se consideró una invitación a un funeral. El hombre ruso "pensó" esta práctica hasta el punto de que después de entregarle el reloj a la persona que cumple años, comienza una "cuenta regresiva" del tiempo hasta la muerte. Sin embargo, en la actualidad, la conciencia popular ha encontrado la siguiente solución: cuando se presenta un reloj, es necesario pagar dinero por el presente en la cantidad de cualquier cantidad (por ejemplo, un rublo o menos).
La Iglesia Ortodoxa se refiere negativamente a este tipo de superstición. Para un creyente, un reloj no es un objeto mágico capaz de influir en el ser de una persona y su muerte. Para Rusia, que es el sucesor del Imperio bizantino en su herencia cultural ortodoxa, esta práctica es irrelevante. El creyente no debe tener miedo de aceptar el regalo del reloj y (o) esforzarse por hacer un pago simbólico por ellos, porque el credo ortodoxo dice que el ser mismo de una persona está en la voluntad de Dios, y no depende de la "magia" del movimiento de las manecillas de hora, minutos o segundos..
Por lo tanto, desde el punto de vista de la ortodoxia, no hay nada de malo en aceptar un regalo como un regalo o en presentarlo. Por el contrario, tal regalo se considera muy digno. Especialmente en nuestro tiempo, cuando un buen reloj de pulsera puede caracterizar el estado de una persona y no es solo un lujo, sino un accesorio muy relevante.