Como regla general, la persona promedio comienza a orar cuando no tiene éxito durante mucho tiempo o se encuentra en algún tipo de situación difícil. Entonces, incluso los ateos recuerdan que puedes pedir una ayuda más alta, y que bien puede venir.
Mientras tanto, nuestros antepasados no comenzaron un solo negocio sin oración: pidieron las bendiciones de los poderes superiores antes de sentarse a la mesa, a la hora de acostarse, al comienzo del día, antes de sembrar la cosecha y la cosecha, antes de la boda y el funeral, antes de comenzar un nuevo negocio y antes muy querido
Tenían una fuerte conexión con los dioses rusos, con el clan y con todas las tradiciones del clan, lo que les ordenaba observar las leyes de la naturaleza o las leyes cósmicas, como las llamamos ahora. Por lo tanto, no tenían la pregunta de cómo y dónde rezarle a Dios: el césped podría convertirse en el lugar de oración, donde cortaban heno o recolectaban regalos del bosque.
Sobre las oraciones en el autobús y el auto
Hoy en día, las personas no tienen tiempo para detenerse y pensar en la vida, los planes para el futuro, analizar el último día o año. Y no es posible reservar un tiempo específico para la oración.
Por lo tanto, la pregunta "¿es posible leer oraciones mientras está sentado en un autobús o en un automóvil", responderemos afirmativamente. Por supuesto que puede, para Dios no importa desde dónde le envíe su solicitud: desde un automóvil, autobús, tranvía, avión o desde un templo dorado.
Después de todo, la oración es un pensamiento coloreado por la emoción. Recurrimos a las fuerzas superiores para pedir algo específico, un poco de ayuda. O queremos arrepentirnos del pecado, también en algún acto o impulso específico. Después de todo, sabemos que el pensamiento es el mismo acto para el mundo que el hecho, y el mundo reacciona al pensamiento como un hecho. O, con la ayuda de la oración, queremos agradecer al mundo superior, a los Maestros, por la asistencia brindada.
Por ejemplo, cuando una ciudad estaba en peligro de inundación, los creyentes comenzaron a orar al Señor Maitreya para que salvara la ciudad. Parecía que los problemas eran inevitables, pero el agua se había ido. Luego, los residentes agradecidos recaudaron fondos y, con la ayuda de la administración, pusieron en la plaza una enorme estatua del obispo Maitreya, a quien consideran el futuro señor de la tierra, y creen que reemplazará a Cristo. Todos los días, pasando por la estatua, ofrecen mentalmente gracias por la ayuda. Esta es la oración.