Esta esbelta y bajita chica kazaja en batallas con los nazis mostró milagros de coraje. La propia Aliya Moldagulova se ofreció como voluntaria para vencer al enemigo, aunque bien podría trabajar en la retaguardia. Dominando magistralmente la técnica de disparos de francotiradores, Aliya logró destruir 78 soldados enemigos. Sin embargo, la niña no vivió para ver el Día de la Victoria: en una de las feroces batallas, murió después de ser herida.
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De la biografía de A. Moldagulova
La niña francotiradora, que se hizo famosa durante los años de confrontación con los nazis, nació en una familia kazaja el 25 de octubre de 1925. Su tierra natal es el pueblo de Bulak, ubicado en la región de Aktobe (ahora es Kazajstán). Cuando era niña, la niña se quedó sin madre y padre. Se sabe que su padre fue reprimido: la razón fue su noble nacimiento.
Aliya estudió en la escuela durante un tiempo, después de lo cual su abuela se la llevó del lado de su madre. El tío participó en la educación de la niña: desde los 8 años vivió en su familia amiga en Alma-Ata.
Desde temprana edad, la niña se distinguió por su fuerte carácter y su enfoque en los objetivos que Alia se había fijado.
A mediados de los años 30, el tío de la niña ingresó a la academia militar para entrenarse y se mudó a la capital de la Unión Soviética. Alia fue con él. Luego la familia se instaló en la ciudad en el Neva, donde se transfirió la academia. En 1939, Aliya fue asignada a una escuela, en la que había un internado. Tenía entonces catorce años.