Ardilla y Strelka: perros famosos que volaron al espacio y visitaron la órbita de la Tierra. Allanaron el camino para la gente de allí. Sin embargo, antes del primer vuelo exitoso, se pusieron 18 vidas de perros en el altar.
Primeros perros en el espacio
Cuando el gran diseñador Korolev creó el primer cohete soviético, planeó liberar una criatura viviente para descubrir cómo se comporta en el espacio y dentro del cohete. Para estos fines, Korolev eligió perros, ya que eran animales altamente entrenados y sin pretensiones. Los primeros candidatos fueron reclutados en la calle y en las puertas. El peso del perro no era más de 6 kg y la altura no era menos de 35 cm. El vuelo se llevó a cabo utilizando misiles R-1B y R-1B a una altura de hasta 100 km. Los animales fueron cerrados en una cabina sellada en las bandejas y atados con correas. El cohete, que se elevó a la altura requerida, retrocedió y la cabina con los perros descendió en paracaídas.
El 22 de julio de 1951, un misil balístico voló con dos perros a bordo: Desik y Gypsy. El contenedor con ellos aterrizó con seguridad después del vuelo. No se encontraron anormalidades fisiológicas o cambios en los perros. Soportaron bien la ingravidez y la sobrecarga. Solo el gitano se rascaba el estómago. Ya no participó en vuelos. Una semana después, se envió un cohete a la atmósfera superior con Desic y Fox a bordo. Pero el paracaídas no se abrió en la cabina y los animales se estrellaron. Después de este incidente, Korolev decidió desarrollar un sistema para la expulsión de emergencia de perros desde un cohete en situaciones de emergencia. El 15 de agosto, los perros Chizhik y Mishka hicieron su primer vuelo. El lanzamiento fue un éxito. Después de 4 días, Smely y Ryzhik completaron con seguridad su vuelo. El 28 de agosto, Mishka y Chizhik se embarcaron en un segundo vuelo. En ese momento, se utilizó un regulador de presión automático, que empujó el exceso de mezcla de gases más allá del cohete. Sin embargo, el regulador falló debido a fuertes vibraciones. Los perros murieron por asfixia. El 3 de septiembre, un cuerno entrenado y un perro callejero no preparado fueron puestos en un cohete para huir. El vuelo fue exitoso.