Taisiya Osipova, miembro del partido Otra Rusia, fue detenido en noviembre de 2010 y acusado de tráfico de drogas. Según el Ministerio del Interior, durante las compras de prueba realizadas por funcionarios encargados de hacer cumplir la ley, el detenido vendió unos cuatro gramos de heroína. Además, se descubrieron nueve gramos de esta sustancia al registrar su casa.
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A finales de agosto de 2012, el tribunal de Smolensk emitió un nuevo veredicto para Taisia Osipova, una activista de The Other Russia. Por tráfico de drogas, la mujer recibió ocho años de prisión en lugar de diez. La defensa de Osipova ya ha hecho una declaración de que el veredicto será apelado ante una autoridad superior.
Mikhail Fedotov, jefe del Consejo de Derechos Humanos presidencial, expresó la opinión de que la sentencia impuesta por Taisiya Osipova es un error judicial. El fiscal solicitó cuatro años para la colonia del régimen general de Taisia. Sus abogados insistieron en la inocencia completa de la mujer.
Los oposicionistas creen que el arresto de Osipova está interconectado con las actividades políticas de su esposo, Sergei Fomchenkov, quien es miembro del comité ejecutivo de la Otra Rusia. La acusación fue fabricada, en su opinión, para interferir con el registro de la parte.
A su vez, el Ministerio del Interior en el verano de 2011 se declaró que este asunto no tiene contexto político. Como resultado, el 29 de diciembre de 2011, el tribunal de Smolensky condenó a Osipova, en cuya defensa se realizaron repetidas acciones en San Petersburgo y Moscú. Fue sentenciada a 10 años de prisión. Los abogados de los acusados apelaron contra esta decisión, como resultado de lo cual el 13 de marzo de 2012 comenzó un nuevo juicio, durante el cual el número de episodios acusados por Osipova se redujo de cinco a tres. El tribunal no respondió a las apelaciones de los abogados para conmutar el castigo de la acusada en relación con su mala salud y la presencia de su hijo pequeño.
A principios de 2012, Dmitry Medvedev, que todavía era el presidente de la Federación de Rusia, expresó su opinión sobre la sentencia de Osipova en una reunión con estudiantes de MSU. Según él, se volvió demasiado severo, el presidente anunció su disposición a solicitar personalmente a la fiscalía que volviera a examinar este asunto. Según Medvedev, una pena de prisión de diez años impuesta a una mujer con un niño pequeño es un castigo innecesariamente severo. Al mismo tiempo, señaló que hay casos en que las sustancias narcóticas se plantan especialmente para eliminar la evidencia necesaria. Como señaló el servicio de prensa del gobierno ruso, el primer ministro ruso, Dmitry Medvedev, no ha cambiado su actitud hacia el caso de Osipova, pero considera inaceptable intervenir en los asuntos de la corte, con la esperanza de que el veredicto sea adecuado para el hecho.