El día de la comunión de los santos del cuerpo y la sangre de Cristo para una persona ortodoxa es un triunfo especial. Por lo tanto, en este momento, una persona debe, de manera especial, salvar su alma y su cuerpo del pecado, tratando de pasar el día piadoso.
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Un creyente está preparado para la comunión ortodoxa con especial inquietud, porque el día de la comunión de los santos misterios es una fiesta para un cristiano. La Iglesia recomienda encarecidamente que las personas preparen sus almas para la comunión del santuario mediante el ayuno y una regla especial de oración, que incluye ciertos cánones, así como un pasaje leído directamente para la comunión. Si un cristiano, con profunda fe y comprensión del próximo evento, se embarca en el sacramento, entonces el alma humana experimenta una alegría especial.
La iglesia recomienda que las personas celebren el día de la Comunión con rectitud y reverencia, pensando en la eternidad. Esto no es una coincidencia, porque un cristiano en la liturgia comulgó con Dios. Podemos decir que el sacramento hace a una persona santa hasta la caída de este último. Por lo tanto, no solo el día del sacramento, sino todo el tiempo posterior después de participar en el sacramento, el cristiano debe tratar de abstenerse del pecado.
El día del sacramento, se recomienda leer los textos sagrados de la Biblia (especialmente el Nuevo Testamento). También será útil unir las creaciones de los Santos Padres de la Iglesia. Para penetrar en toda la profundidad del significado del sacramento, un cristiano ortodoxo puede recurrir a las enseñanzas de los santos acerca de este sacramento sagrado.
Inmediatamente después de la comunión, una persona ortodoxa debe agradecer a Dios leyendo oraciones especiales de acción de gracias, que se publican en muchos libros de oración. Después del sacramento, un cristiano practicante no debe olvidarse de la regla de la oración celular.
En el día de la comunión del Señor, el creyente trata de minimizar la diversión: por ejemplo, mirar televisión, ridiculizar en exceso. La blasfemia, la ociosidad (así como otras indecencias) no están permitidas. Un creyente no debe escupir en el día de la santa comunión.
Por lo tanto, el día de la comunión para un cristiano, que es especial, debe dedicarse a reflexionar sobre lo que sucedió y esforzarse por el mayor tiempo posible para preservar la pureza del alma y la santidad otorgada a través de la unión del hombre con Dios.