Las guerras interreligiosas que cambiaron el mapa mundial son cosa del pasado. Sin embargo, los desacuerdos y contradicciones en el marco de una denominación permanecen hasta el día de hoy. El judaísmo, una de las religiones más grandes del mundo, consta de varias direcciones. Por ejemplo, Hasidim y Litvaks interpretan diferentes secciones del Talmud y Tanah de manera diferente. Discrepancias de este tipo a veces conducen a graves conflictos. Una de las funciones del rabino de la Federación de Rusia, Lazar Berl, es suavizar los desacuerdos y facilitar la solución pacífica de las disputas.
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Discurso histórico
El rápido desarrollo de la ciencia y la tecnología ha sacudido la posición del dogma religioso. La gente comenzó a dudar de la presencia de Dios en el planeta. Sin embargo, en la realidad que nos rodea, quedan muchos fenómenos, cuya esencia no puede explicarse científicamente. En el momento histórico actual, existe un consenso en el mundo cuando la ciencia y la religión coexisten sin conflicto. Lazar Berl nació en la ciudad italiana de Milán. Su padre dirigió la comunidad judía urbana. El niño en una atmósfera de respeto por Dios y estudió en una escuela secundaria.
Después de abandonar la escuela, en 1978, cuando tenía 14 años, su familia y su comunidad lo enviaron a recibir educación especial en los Estados Unidos. Lazar desde una edad temprana respetó las instrucciones de los ancianos y observó estrictamente todos los rituales prescritos por un judío de raza pura. El trabajo diario en el desarrollo de libros sagrados y la comunicación con la gente común le trajo un gran placer. En 1988, Berl recibió un diploma y el título de rabino. Y tres años después llegó a Rusia para ocupar el departamento de sinagoga en Maryina Roshcha.
Una carrera en el sentido literal de la palabra era de poco interés para el joven. La disolución de la Unión Soviética y la abolición de las normas morales a principios de los años 90 desorientaron a las personas que creían sinceramente en el estado y vieron apoyo en él. Una apresurada división de la propiedad pública estuvo acompañada de sangrientos enfrentamientos. Lazar Berl vio con sus propios ojos cómo las personas viven en las condiciones actuales y cómo se devalúan los valores humanos universales. Él hace grandes esfuerzos para traer calma a la discordia pública. Por supuesto llama a todos a la tolerancia, independientemente de su nacionalidad o religión.