Las manifestaciones de la oposición en Siria son parte del movimiento de protesta masiva en los países árabes: la "Primavera Árabe". Desde 1963, el país fue gobernado por el Partido del Renacimiento Socialista Árabe (Ba'ath). Bashir al-Assad sucedió a su padre, Hafez al-Assad, como presidente. Las elecciones se celebraron en forma de referéndum, durante el cual se propuso responder a la pregunta de si los ciudadanos aprueban al único candidato, B. Assad, como presidente.
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En enero de 2011, las protestas masivas contra el gobierno comenzaron a estar descontentas con la inmovilidad del partido gobernante y la dictadura real de la familia Asad. Junto con formas pacíficas de protesta (procesiones y huelgas de hambre), los manifestantes usaron peleas con la policía, incendios provocados de instituciones gubernamentales y otros actos ilegales.
El gobierno utilizó tropas para reprimir los disturbios. Hubo casos de disparos a soldados que se negaron a disparar contra civiles. Del lado del "Ejército Libre de Siria" (grupos rebeldes armados) se dirigió al ejército regular. Los grupos islamistas militarizados también se unieron a ella.
A medida que crecía la intensidad de la lucha, crecía la ferocidad en ambos lados. Como resultado de las hostilidades, murieron civiles, y ambas partes trataron de usar su muerte con fines de propaganda. El 25 de mayo de 2012, hubo informes en los medios mundiales sobre la muerte de más de 90 civiles en la aldea siria de Al-Houla, incluidos más de 30 niños. Posteriormente, resultó que 108 personas fueron asesinadas.
Desde el principio, el Comité de Derechos Humanos de la ONU culpó de las muertes a Bashir al-Assad, afirmando que las personas fueron víctimas de los bombardeos de las fuerzas gubernamentales. Sin embargo, la investigación mostró que las heridas de metralla causaron la muerte de solo 20 personas. El resto fueron fusilados a corta distancia o asesinados.
El gobierno sirio dijo que no tenía nada que ver con la muerte de civiles, ya que su ejército no ocupó la aldea, y culpó al asesinato de islamistas. La investigación adicional de la tragedia por parte de observadores de la ONU da razones para creer que en este caso el gobierno está diciendo la verdad. Los islamistas pueden estar interesados en interrumpir las negociaciones de paz entre ambos lados del conflicto bajo el liderazgo del secretario general de la ONU, Kofi Annan.