El perro es un símbolo del antiguo dios egipcio Anubis, el señor del inframundo. Dado que las creencias de los antiguos egipcios tienen sus raíces en el culto a los tótems, primero Anubis fue retratado como un perro negro. Sin embargo, con el desarrollo del antropocentrismo, se convirtió en un hombre con la cabeza de un perro. El culto al dios Anubis ocupó un lugar importante en la vida cotidiana de los egipcios.
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Patrono de cementerios y necrópolis
Todas las creencias asociadas con la otra vida han estado imbuidas de asombro y misticismo desde tiempos inmemoriales. Anubis fue responsable del ritual de entierro importante en la cultura egipcia antigua. Preparó el cuerpo del difunto para embalsamar y momificar. Las imágenes de Anubis se han conservado en muchas tumbas y cámaras funerarias. Las estatuas del dios de los muertos adornan el templo de Osiris y la catacumba de la tumba en Alejandría, y el sello de la antigua ciudad de Tebas muestra a un perro de más de nueve cautivos.
El amuleto con la imagen de un perro simboliza la magia del otro mundo y protege el alma en su último viaje.
La imagen de Anubis al lado del cuerpo del difunto era necesaria para el viaje posterior del alma. Se creía que Dios con la cabeza de un perro se encuentra con el alma humana a las puertas del inframundo y la acompaña a la sala del tribunal. Allí, la encarnación del alma, el corazón, se pesó en escalas especiales, al otro lado de las cuales se encontraba la pluma de la diosa de la verdad Maat.