Anna Alexandrovna Vyrubova es una amiga íntima de la última emperatriz rusa, su naturaleza es ambigua, misteriosa y difamada en gran medida. Para muchos, Vyrubova se convirtió en un verdadero símbolo del zarismo, fue considerada responsable de los errores de la patrona coronada, incluida la nominación de Rasputín y su influencia perjudicial en la familia real.
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Infancia y juventud
Anna Alexandrovna Vyrubova (nee Taneeva) nació en 1884 en San Petersburgo. En el lado materno, ella era la tataranieta del comandante Kutuzov. La familia Taneyev fue llevada cerca del patio, el padre de la niña, Alexander Sergeyevich, se desempeñó como secretario de estado y administrador jefe de la cancillería imperial. La niña recibió una excelente educación en el hogar, y luego aprobó el examen y recibió el derecho a enseñar de forma independiente. En 1904, la joven Anna fue aceptada en la corte como la dama de honor de la emperatriz Alexandra Feodorovna.
A los 22 años, Anna se casó con Alexander Vyrubov, un noble, un oficial naval con excelentes perspectivas de carrera. Sin embargo, la vida familiar desde el principio se fue sin éxito; más tarde, Vyrubova aseguró que seguía siendo una niña, ya que su esposo logró emborracharse antes de la noche de bodas e inculcó para siempre a su joven esposa una aversión al lado íntimo del matrimonio. Un año después, Anna le pidió el divorcio a su esposo y pronto lo recibió.
Después de fracasos en su vida personal, la joven dama de honor se centró en el servicio, convirtiéndose en una confidente ejecutiva, respetuosa y servicial de la Emperatriz. Ella conoce a la patrona con chismes y rumores de la ciudad, entretiene y consuela a Alexandra Fedorovna. Junto con la familia real, Vyrubova se mudó a Tsarskoye Selo y pronto se convirtió en el más cercano y, quizás, el único amigo de la persona coronada.
En este momento, la joven dama de honor conoció a Grigory Rasputin. Habiendo penetrado el magnetismo de esta personalidad ambigua, Vyrubova se convirtió en uno de los seguidores más devotos del "anciano sagrado". Fue ella quien presentó a Rasputín a la Emperatriz y contribuyó a su penetración en el círculo más cercano de la familia imperial.