En la vida de los creyentes, en algún momento, puede surgir un deseo de crear una familia y testificar de sus sentimientos ante Dios mismo. En este caso, los cristianos se embarcan temblorosamente en el sacramento del matrimonio. Sin embargo, sucede que los matrimonios de la iglesia se rompen y surge una pregunta ante una persona sobre la posibilidad de un segundo matrimonio de la iglesia.
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La creación de una familia ortodoxa significa la unión de dos corazones amorosos en un solo todo. No es casualidad que la Biblia nos diga que lo que Dios combina no está separado por el hombre. El sacramento del matrimonio es la conexión que, con un acuerdo mutuo, une a las personas en el amor y la gracia divina. Pero a veces, debido a problemas en la vida cotidiana u otras situaciones difíciles de la vida, el matrimonio puede disolverse. En este caso, la cuestión de la posibilidad de una segunda boda en el futuro queda a discreción del obispo gobernante de la diócesis.
El canon de la iglesia habla sobre las posibles razones de la disolución del matrimonio. Esta es la condescendencia de la Iglesia a las debilidades humanas y le da a la persona la esperanza de un segundo matrimonio. Hay varias de esas razones. En primer lugar, esta es la muerte de uno de los cónyuges. Aunque el apóstol Pablo dice que es mejor permanecer viudo o viudo, pero si es absolutamente necesario, puedes volver a casarte.
Hay varios otros casos en los que se permite una segunda boda. Entonces, si uno de los cónyuges es diagnosticado con una enfermedad de alcoholismo, adicción a las drogas o un trastorno mental, entonces la posibilidad de un segundo matrimonio en la iglesia también es real. Lo principal es que el obispo da permiso para esto. Un lugar especial está ocupado por sífilis e infección por VIH. Para evitar la infección de la pareja, el primer matrimonio se puede disolver y, en consecuencia, se permite un permiso para una segunda boda.
Si la familia se separó debido al adulterio y, al mismo tiempo, la parte perjudicada no perdonó al culpable, el matrimonio se disuelve y también se permite la posibilidad de una segunda unión de la iglesia. Pero en cualquier caso, el obispo gobernante toma la decisión final sobre el tema de la segunda religión. Sin la bendición del obispo y el documento correspondiente por segunda vez, no se puede realizar un gran sacramento.