El artista Sam Vanni es uno de los fundadores del arte abstracto. Fue él quien primero atrajo al público a esta dirección de arte y con sus dibujos demostró que las ilustraciones abstractas significativas pueden ser de gran valor social. Después de todo, con su ayuda es posible en forma alegórica reflejar sus pensamientos más genuinos. La historia de esta increíble persona, su trayectoria vital determina su naturaleza creativa, luchando constantemente por la excelencia en todo.
Biografia
Vanni nació el 6 de julio de 1908 en la ciudad de Vyborg. Creció en una familia rica con raíces judías. Los padres del niño en ese momento estaban involucrados en el comercio y le permitieron administrar de manera independiente su tiempo libre. Fue en la infancia que el propio Vanni comenzó a desarrollar sus habilidades artísticas, dibujando varias ilustraciones en sus álbumes. Hasta 1941, era conocido como Samuel el no invitado, y luego tuvo que cambiar su nombre para deshacerse de la persecución de los nazis.
Desde la primera infancia, el niño estudió lingüística, mostrando un deseo especial por el idioma finlandés. Aprendió a leer y escribir temprano, e incluso antes, a dibujar ilustraciones extrañas, apenas entendidas. En 1921, Samuel y su familia se mudaron a Helsinki. Allí ingresó a la prestigiosa Academia de Bellas Artes, donde inmediatamente impresionó a sus maestros con un enfoque único de la creatividad, prefiriendo el abstraccionismo significativo a las formas clásicas claras. Después de graduarse, el joven tomó lecciones privadas del artista florentino Väinö Aaltonen durante algún tiempo para mejorar sus conocimientos teóricos y prácticos en el arte.
Carrera
Samuel comenzó su carrera creativa en 1931, cuando presentó sus mejores obras en la exposición finlandesa. Los críticos y los investigadores de arte notaron de inmediato la originalidad del artista, y los periodistas comenzaron a cubrir activamente su trabajo en los medios. La gloria comenzó a llegar a Samuel el no invitado, a lo que nunca aspiró a propósito.
En su tiempo libre, comenzó a dar clases particulares de pintura, a enseñar en instituciones de arte locales y enseñar a los niños no solo los métodos tradicionales de la artesanía del artista, sino también enfoques únicos para crear formas, líneas, objetos abstractos. A menudo, se le ocurrió su propia autoría de clases que deleitaron a los estudiantes.
En 1941, Samuel, temiendo la persecución de la Alemania nazi, tomó el seudónimo de Sam Vanni. Al mismo tiempo, su carrera volvió a subir. El artista finalmente encontró su verdadera vocación, dándose cuenta de que debería dedicar su vida al abstraccionismo. La sociedad no evaluó inmediatamente sus nuevas obras de manera positiva con un sesgo más profundo en la creatividad abstracta, pero un poco más tarde el mundo entero se dio cuenta de la importancia de esta nueva dirección en el arte. Algunos críticos tradicionales acusaron a Vanni de poner la forma más alta que el contenido, pero sus contemporáneos, por el contrario, estaban encantados con esta habilidad, tratando de desentrañar el significado de cada pintura de un artista abstracto.
La creatividad
El propio Vanni dejó un enorme legado creativo. Sus pinturas todavía adornan las paredes de las galerías de arte más magníficas del mundo. Además, el artista fue galardonado muchas veces por sus logros creativos durante su vida. Por ejemplo, en 1950 ganó un concurso público en Finlandia presentando su mural "Contrapunctus". Hoy adorna el salón del Helsinki Finnish Workers College. Y en 1955, el propio Vanni fundó su propio grupo de arte "Prism", que organizó exposiciones de arte, conferencias y reuniones. Un poco más tarde, el artista fue muy apreciado por la Academia de Finlandia, lo que lo convirtió en miembro honorario y honró la medalla Pro Finlandia.