Según las personas que generalmente se llaman Russophobes, el régimen de gestión en nuestro país, establecido después de 2000, se llama "policía". Ciertas fuerzas políticas, a las que no les gusta la mano firme del estado, están, por supuesto, a favor de tal juicio. A menudo proporcionan estadísticas según las cuales Rusia ocupa el primer lugar en el mundo en número de oficiales de policía por cada 100 mil personas. Y en este indicador, nuestro país está significativamente por delante de los Estados Unidos y los países de la UE.
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Con el fin de comprender objetivamente la cuestión del grado en que el concepto de "estado policial" pertenece a Rusia, se debe hacer un análisis consistente que pueda probar o refutar de manera precisa y objetiva esta sentencia. Es importante determinar las principales características y formas de gobierno que entran en esta categoría, así como comprender cómo se logra la estabilidad y la estabilidad a largo plazo de este régimen en el contexto de los procesos democráticos globales.
La frase "estado policial" apareció en los siglos 18 y 19, y comenzó a referirse a países donde toda la gestión se consolidó en manos de un grupo de élite de personas que utilizan estructuras de poder para aprobar y controlar su poder. Los ejemplos históricos del surgimiento de esta forma de gobierno indican que la naturaleza de su apariencia se basa únicamente en el caos general y la anarquía. De hecho, la estratificación máxima de la sociedad en este caso contribuye al deseo de la mayoría de las personas de crear un poder fuerte que pueda establecer el orden. Fue en este momento que los líderes recientes de los grupos de pandillas bajo los lemas "Estabilidad y orden" comenzaron a llegar a la cima de la jerarquía estatal.
¿Cómo aparecen los estados con el prefijo "policía"?
Como regla, los países que caen bajo el concepto de "estado policial" declaran vívidamente su respeto por los derechos humanos y la protección de las libertades democráticas. Sin embargo, en la retórica de los funcionarios gubernamentales, se escuchan regularmente frases sobre la "vertical rígida de la gobernanza", la "disciplina" y el "restablecimiento del orden adecuado". Naturalmente, en condiciones de desestabilización del sistema social, la mayoría de las personas, cansadas de los ultrajes masivos y la anarquía, aceptan tales medidas. En consecuencia, el papel de los organismos encargados de hacer cumplir la ley, incluida principalmente la policía, se vuelve dominante en este proceso.
Por lo tanto, los representantes del departamento de policía, cuyas funciones oficiales incluyen directamente la protección de las normas legales que rigen el orden público, se convierten en la herramienta de poder más importante. Un fenómeno característico en este caso es el hecho de que con el tiempo, este tipo de control serio comienza a extenderse a todas las esferas de la sociedad. Además, la estabilidad declarada por las autoridades no puede llegar.
Y sobre temas temáticos de actualidad del público, dirigidos a las autoridades, los representantes oficiales de la élite declaran que existe una grave amenaza externa e interna. El estado policial hace un llamamiento a los ciudadanos sobre el establecimiento de las medidas de seguridad necesarias que están asociadas con la vigilancia y la cooperación con los organismos encargados de hacer cumplir la ley.
En este sentido, las declaraciones de los líderes de nuestro país en varias épocas históricas son muy reveladoras. Nicolás I: "La revolución está en el umbral de Rusia, pero no la dejaré entrar". Y Vladimir Putin hizo expresiones muy similares sobre la Revolución Naranja en Ucrania.
Ejemplos historicos
La historia mundial conoce una cantidad suficiente de ejemplos clásicos de estados policiales. Después de todo, cualquier cambio en el régimen de poder implica un endurecimiento objetivo de las medidas para mantenerlo. Y en el siglo pasado ha habido muchos eventos de este tipo en el planeta.
Los casos más significativos del establecimiento de un estado policial se pueden atribuir a España bajo el gobierno de Franco, Chile bajo el gobierno de Pinochet y Turquía bajo el "Kemalismo". La comunidad mundial se sorprendió por esas acciones tiránicas que tuvieron lugar en estos países. Y lo más triste es que estas manifestaciones de tiranía y violación de todas las libertades políticas y sociales tenían como objetivo no establecer el orden y la disciplina, sino aumentar el miedo en la sociedad y la obediencia incuestionable a la voluntad del gobernante.
Todos entienden que la sociedad civil moderna debe contrarrestar por todos los medios tales formas de gobierno. En este contexto, es importante comprender que un país no puede transformarse en realidad solo con los lemas proclamados. Después de todo, las libertades políticas y sociales y el compromiso con la democracia no dependen de su declaración, sino únicamente de la implementación basada en la ejecución real.
Resulta que, por su estabilidad, la sociedad a menudo permite que el gobierno controle estrictamente las esferas sociales y políticas de la vida en el país. Además, las normas legales que protegen a los ciudadanos están comenzando a interpretarse de manera tan libre que se crea una práctica simplificada de administrar el poder judicial, se eliminan los medios desfavorables y se suprime la oposición.
El concepto de "estado policial" y Rusia
Por supuesto, es muy importante que los ciudadanos de Rusia entiendan lo que constituye un sistema estatal moderno en nuestro país. De hecho, las formas bien conocidas de autoritarismo, la oligarquía y el estado policial no pueden considerarse justificadas y satisfactorias en términos del desarrollo dinámico y el establecimiento de libertades democráticas.
Los ejemplos más típicos de estados policiales de la vida internacional son muy reveladores. Típicamente, estos regímenes dirigen todo el recurso de las agencias de aplicación de la ley para proteger los intereses de la élite gobernante, que, como regla, incluye a grandes monopolistas y empresarios (con menos frecuencia, representantes de la clase media). Por lo tanto, solo estos sectores de la población pueden sentirse protegidos y vivir en condiciones cómodas. Es por eso que están haciendo todo lo posible para apoyar este régimen policial.
Sin embargo, en nuestro país hay ejemplos ilustrativos que interpretan inequívocamente esta norma del poder estatal, cuando la pertenencia a una clase no es garantía de inviolabilidad. El destino de Khodorkovsky y Lebedev se ha convertido en una evidencia elocuente de que la élite económica de la sociedad rusa no tiene el estatus de "celestiales". Por otro lado, los ciudadanos del país han sido testigos de una situación en la que, a nivel de la oligarquía rusa, los competidores objetables son eliminados por las agencias de aplicación de la ley. En este caso, la experiencia temática puede indicar que la administración pública está comenzando a intervenir en los fundamentos fundamentales de la economía, que no fueron sacudidos solo por la lealtad actual de la sociedad.