Los mensajes de la lejana Sudáfrica se parecen a los informes del campo de batalla. En la noche del 16 de agosto, se produjeron enfrentamientos sangrientos entre mineros en huelga y fuerzas policiales especiales, como resultado de los cuales 34 mineros murieron y 78 resultaron heridos. Esta tragedia ocurrió cerca de una mina de platino en Marikan. El país no conoce ese derramamiento de sangre desde el final de la era del apartheid. El presidente de Sudáfrica, Jacob Zuma, se vio obligado a interrumpir urgentemente su participación en la cumbre de países sudafricanos y dirigirse a la zona de disturbios.
La República de Sudáfrica es excepcionalmente rica en minerales. En sus entrañas hay muchos diamantes, oro, platino, cromo, uranio, minerales polimetálicos. La exportación de estos minerales es una de las principales fuentes de ingresos en divisas. Por lo tanto, hay muchas minas en el país donde trabajan miles de mineros. En muchas minas, la minería se lleva a cabo a grandes profundidades. Este es un trabajo muy difícil y peligroso, y el tamaño del salario es bastante modesto. No es rentable para los empleadores aumentarlo, así como tomar medidas para proteger el trabajo de los mineros, ya que la cantidad de personas que desean obtener el puesto de minero se estima en muchos miles. Además de los ciudadanos sudafricanos, estos también son trabajadores de países vecinos, donde el nivel de vida es mucho más bajo y, por lo tanto, los salarios modestos (según los estándares de Sudáfrica) parecen ser el sueño final.
La desafortunada mina Marican, que pertenece a la influyente compañía británica Lonmin, no fue la excepción. Esta empresa ha estado extrayendo metales preciosos en Sudáfrica durante más de un siglo, y Marikana es de particular importancia para ella. Baste decir que de esta mina se extrae más del 10% de todo el platino extraído en el mundo. Al final, los mineros que trabajan en Marikan se declararon en huelga, exigiendo salarios más altos. La situación rápidamente se puso tensa, esto también fue facilitado por la fuerte rivalidad entre los líderes de los dos sindicatos mineros.
El 16 de agosto, una gran multitud de trabajadores, muchos de los cuales tenían armas de filo, rodearon a la policía que vigilaba la mina. Todavía es difícil establecer por qué la policía disparó contra los huelguistas. El hecho permanece: ocurrió una tragedia de grandes proporciones. Bueno, la compañía Lonmin ya ha sufrido grandes pérdidas debido al cierre de la mina y una fuerte caída en el precio de sus acciones. Verdaderamente: "Avaricioso paga dos veces".