La huelga de mineros en España, provocada por la insatisfacción con las medidas de austeridad, comenzó el 23 de mayo de 2012. Más de ocho mil trabajadores protestan contra la reducción de los subsidios del gobierno a la industria minera, que golpeará fuertemente las billeteras de los mineros. Un mes después del inicio de las protestas, las huelgas no solo no disminuyen, sino que también se vuelven más agresivas.
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En mayo, el gobierno español anunció que sus socios en la zona euro se comprometieron a ayudar al sistema bancario español con un préstamo de 100 mil millones de euros. Al proporcionar generosos subsidios a los bancos, el gobierno informó a la gente que tendrían que hacerse ciertas crisis para enfrentar la crisis. En particular, los funcionarios dijeron que bajo el programa de austeridad, los subsidios a las compañías mineras estatales se reducirían en 190 millones de euros. Tal reducción en el financiamiento conducirá a la pérdida de miles de empleos, y afectará negativamente el desarrollo de los asentamientos mineros.
En respuesta a los recortes presupuestarios, los mineros salieron a las calles. Comenzaron una sentada en la plaza principal de Oviedo, el principal centro administrativo de Asturias. Los trabajadores bloquearon las carreteras que conectan Asturias con otras partes de España. "Iremos a la huelga hasta que el gobierno haga concesiones significativas", dice Alfredo González, un trabajador en huelga en una mina cerca de la ciudad de Santa Cruz de Sil.
Las protestas de los mineros son apoyadas por dos de los sindicatos más grandes del país, la Unión General de Trabajadores y la Confederación Sindical de Comisiones Obreras. A finales de mayo, la huelga se retiró temporalmente, ya que el gobierno anunció su intención de hacer concesiones. Sin embargo, en el proceso de negociaciones con los huelguistas, los funcionarios dijeron que los recortes eran inevitables debido al déficit del presupuesto estatal. Mineros decepcionados volvieron a las calles.
Durante cuatro semanas de manifestaciones y sentadas, la situación se ha intensificado hasta el límite. Dieciséis carreteras principales de Asturias y dos líneas ferroviarias principales fueron bloqueadas por mineros descontentos. Docenas de manifestantes resultaron heridos en enfrentamientos con la policía, algunos tras las rejas. La semana pasada, los mineros bombardearon a los agentes de la ley con hondas e incluso les dispararon cohetes caseros.