El embarazo es el nacimiento de una nueva vida. Y el cementerio es el final del camino de la vida. Estos conceptos son tan opuestos que hubo una opinión generalizada: las mujeres embarazadas no deberían ir al cementerio. De hecho, ¿es posible y necesario que una mujer que lleva una nueva vida visite un lugar donde otras personas, de hecho, dejaron el suyo? Para responder a la pregunta "¿Por qué?", Debe comprender las causas de esta opinión y sus diversas interpretaciones.
La iglesia dice que es posible y necesario que todas las personas visiten cementerios y entierros, incluso las mujeres embarazadas. Se cree que las personas que no olvidan a sus seres queridos reciben una bendición de Dios. Sin embargo, por supuesto, esto debe hacerse solo si hay un deseo. No se recomienda a las mujeres embarazadas que vayan al cementerio si no se sienten bien. Especialmente si es un embarazo temprano. Pero la iglesia no tiene prohibiciones específicas sobre este puntaje.
Quizás la opinión de que las mujeres embarazadas no pueden visitar el cementerio es una simple superstición. Sin embargo, no se debe olvidar que durante el funeral la mujer experimenta muchas emociones negativas y un estrés intenso, que pueden afectar no solo su salud, sino también la salud del bebé. Cualquier estrés durante el embarazo es la causa de posibles dolencias y enfermedades futuras. Esta es una de las razones por las cuales las mujeres embarazadas no deben visitar los cementerios. Por supuesto, si una mujer necesita ir al funeral de un ser querido y está lista para contener sus emociones, esto no está prohibido.
La segunda razón por la cual no se recomienda que las mujeres embarazadas asistan al cementerio y al funeral es la superstición bien establecida asociada con la existencia de un aura humana. Ella desaparece no inmediatamente después de su muerte, sino solo después de un tiempo. Se cree que hasta su desaparición, estas auras se encuentran en cementerios en forma de formaciones etéreas que son capaces de ejercer influencia sobre los objetos vivos, lo que no siempre es positivo. Los más susceptibles a esta influencia son los niños, especialmente los no nacidos. Por lo tanto, las mujeres embarazadas, especialmente aquellas que creen en la magia y la vida de otro mundo, deben tener cuidado con las visitas a los lugares de entierro o las visitas al funeral. También es necesario tener en cuenta el hecho de que, durante el embarazo, las mujeres aumentan en gran medida su desconfianza, como resultado de lo cual ellas mismas pueden establecerse de manera negativa.
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