A principios de la década de 1920, el mundo difundió la noticia de un nuevo hallazgo arqueológico en el Valle de los Reyes, cerca de la ciudad de Tebas, que se encuentra en Egipto. El investigador egiptólogo Carter, con la ayuda del patrocinador Lord Carnarvon, descubrió aquí la tumba bien conservada del faraón Tutankamón. Hasta ahora, los científicos están desconcertados sobre las causas de la muerte prematura del gobernante del antiguo Egipto.
Los investigadores acordaron que el representante de la dinastía XVIII del Reino Nuevo, que gobernó no más de nueve años, murió antes de cumplir los veinte años. Una muerte tan temprana le dio a los científicos razones para creer que las razones para la partida del faraón de la vida no eran naturales. Indirectamente, el hecho de la muerte violenta se indica por el hecho de que durante la infancia de Tutankamón, el Ojo regente, de hecho, gobernó el país, al asumir el puesto estatal más alto después de la muerte de un joven faraón.
Al examinar el cuerpo momificado de Tutankamón, los expertos no pudieron llegar a un consenso sobre la causa de la muerte. Algunos llamaron como tal una lesión en la pierna recibida por el faraón durante la cacería. Otros afirmaron que el gobernante de Egipto murió después de sufrir una forma grave de malaria. Una confirmación de la última hipótesis fue una variedad de medicamentos utilizados por los antiguos egipcios para combatir la malaria, que se encontraron en la tumba. No se pueden descartar otras versiones relacionadas con envenenamiento o trauma en el cráneo.
Los expertos modernos en criminología solo pueden decir con confianza que el faraón murió de forma repentina y antinatural. Cabe señalar la prisa con la que se llevó a cabo el entierro, la violación del ritual, el tamaño muy modesto y lo incompleto de la tumba, que no corresponde en absoluto al estado de un gobernante. Las paredes de la tumba están pintadas apresuradamente y con gran descuido. El embalsamamiento del cuerpo de Tutankamón también se realizó descuidado, y algunos signos pueden indicar una posible ocultación de las huellas del asesinato.
El punto final sobre la causa de la muerte del joven faraón aún no se ha establecido. Los investigadores esperan refinar los datos utilizando métodos modernos, que incluyen tomografía radiológica, genética y computada. Solo un análisis exhaustivo y exhaustivo nos permitirá sacar una conclusión legítima sobre si Tutankamón fue asesinado, por ejemplo, como resultado de una conspiración o si se convirtió en víctima de una enfermedad incurable.
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