Parecería, en nuestro tiempo, cuando cada uno es para sí mismo, la expresión de sentimientos como la piedad y la compasión no está de moda. Y se perciben solo como una manifestación de debilidad: supuestamente interfieren con el logro del objetivo establecido y eliminan todas las esperanzas de éxito.
![Image Image](https://images.culturehatti.com/img/kultura-i-obshestvo/53/nuzhno-li-sostradanie.jpg)
La pena es un mal presentimiento, dicen muchos. Tal falacia de ninguna manera debería convertirse en el principio de tu vida. Existen conceptos como los estándares morales que distinguen a una persona y le dan superioridad sobre todo el mundo viviente en la Tierra. De hecho, no es solo el cerebro con un intelecto desarrollado que distingue a una persona de un animal. Es la compasión lo que nos convierte en personas reales, no en tiburones de negocios. Una persona normal nunca se verá indiferente ante el sufrimiento de los demás. Además, disfruta del dolor de los demás y construye tu felicidad sobre él. Echar una mano a los necesitados: ¿es esto un signo de cobardía? Más bien, es una manifestación de la humanidad. Cada uno de nosotros a veces necesitaba compasión. La muerte de un ser querido, el amor infeliz, el fracaso de la admisión a la universidad: es en esos momentos que es importante que alguien ayude, se anime con una palabra cálida y participe. ¿Es tan difícil? La capacidad de simpatizar con los demás ayuda a una persona a analizar adecuadamente sus acciones en relación con los demás. Una persona que es capaz de simpatizar con el dolor de otra persona nunca cometerá maldad hacia su prójimo. Puedes ser duro, persistir en alcanzar el objetivo deseado y no dar rienda suelta a las emociones. Sin embargo, esto no significa que deba preocuparse por el resto y pisotear sus sentimientos. En cualquier situación, es importante seguir siendo una persona, solo así puedes ser verdaderamente feliz. La indiferencia nos convierte en ídolos insensibles ajenos a cualquier sentimiento. Imagínese si todos fueran semejantes hombres, ¿en qué se convertirá nuestro mundo? Las personas, como las máquinas, solo cumplirán sus deberes, descuidando sus sentimientos. Sin compasión no habrá amor ni alegría … nada que haga que nuestra vida sea verdaderamente plena y rica.