Julio César, Napoleón, Pedro I, Cristóbal Colón, Yuri Gagarin, Karl Marx, individuos que han dejado una huella indeleble en la historia, eligiendo por sí mismos una variedad de campos. No importa cómo se relacione la humanidad con estas figuras históricas, su camino de vida, acciones y errores pueden enseñar mucho.
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La historia de la humanidad conoce muchos nombres de aquellos que, a través de sus acciones, cambiaron el destino del mundo. Mucha gente piensa que solo los gobernantes y estadistas pueden influir en el curso del desarrollo histórico, pero esto está lejos de ser el caso.
Poderoso de este mundo
Julio César es un famoso estadista romano antiguo, dictador. César se hizo famoso como uno de los mejores comandantes. No solo expandió significativamente el territorio del estado romano, sentando las bases del imperio, una nueva página en la historia de Roma, sino que, de hecho, volvió a dibujar el mapa político de Europa. Además, como escritor talentoso, hizo una gran contribución al desarrollo de la cultura europea.
A los ojos de los descendientes, la grandeza de César se evidencia por el hecho de que los emperadores posteriores de Roma tomaron su nombre como una designación de su título. También se convirtió en un nombre familiar para los gobernantes de otros estados y épocas (rey, Kaiser).
Genghis Khan es el legendario conquistador y fundador del Imperio mongol. Habiendo destruido varios estados antiguos que alguna vez fueron poderosos, creó el imperio más grande en la historia de la humanidad. Su composición incluía territorios gigantescos, desde el río Danubio hasta el mar de Japón y desde el noroeste de Rusia hasta el sudeste asiático. Genghis Khan no solo fue un conquistador sobresaliente, sino también un político sabio que estableció un sistema estatal que funciona bien. Para los pueblos de Asia, él no es solo el personaje principal, sino casi una persona sagrada.
Napoleón es un gran comandante y estadista, el fundador del moderno estado francés. Condujo una serie de guerras victoriosas que convirtieron a Francia en la principal potencia europea. Su rápido ascenso y posterior caída golpearon las mentes de los contemporáneos. Napoleón cambió la idea del papel del individuo en la historia, convirtiéndose para algunos, un símbolo de coraje y capacidades asombrosas del hombre, y para otros, en un ejemplo de un amante del poder, listo para destruirse en nombre de la gloria.
Pedro I: emperador ruso, estadista y reformador. Todo estaba relacionado con el nombre de Peter en su época: una nueva dinastía, una nueva forma de estructura política, una nueva capital, un nuevo ejército, una nueva cultura. Sus reformas a gran escala han cambiado todas las esferas de la vida en la sociedad rusa. Además, Peter expandió el territorio de Rusia y gracias a una guerra victoriosa con Suecia tuvo acceso al Mar Báltico. Los historiadores tienen puntos de vista diametralmente opuestos sobre esta personalidad sobresaliente, pero nadie duda de que las actividades de Peter llevaron a Rusia a un nivel completamente diferente de desarrollo civilizatorio, poniéndolo a la par de las principales potencias europeas.