La Iglesia Ortodoxa recuerda la muerte y el entierro de Jesucristo el Viernes Santo (último viernes antes de Pascua). En este día en todas las iglesias ortodoxas se llevan a cabo servicios especiales.
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El Viernes Santo es quizás el momento más agitado durante el cual se realizan varios servicios diferentes por día. El día litúrgico comienza en la mañana a las ocho o nueve de la mañana leyendo el Reloj Real, en el que el lector de salmos lee ciertos salmos, así como pasajes del Antiguo Testamento (parimia), contando las profecías sobre los sufrimientos del Mesías. Un sacerdote en el Reloj Real lee pasajes de los Evangelios que hablan de los sufrimientos del Señor Jesucristo.
El viernes por la tarde (generalmente entre las 12 a.m. y las 2 p.m.) se realiza un servicio de Vísperas, al que se agrega una pequeña cena con la lectura del canon llamado el grito del Santísimo Theotokos. Antes de leer el canon, la mortaja del Salvador se lleva al centro del templo, que representa la posición en la tumba del Señor Jesucristo. El canon mismo habla de los sufrimientos que sufrió la Madre de Dios al ver la crucifixión de su hijo y Dios.
El viernes por la noche, se celebran los Matins of Great Saturday, durante los cuales se lleva a cabo el rito del entierro de la mortaja de Jesucristo. Es este servicio de adoración el recuerdo histórico de la Iglesia sobre el entierro del Salvador. En algunas parroquias, este servicio se realiza el sábado por la noche.
El servicio de Matins of Great Saturday es único. Tal servicio se envía solo una vez al año. Una de las principales características de la adoración es la lectura de los versos del decimoséptimo kathisma a su vez con troparia especial, que le recuerda a una persona la muerte y el entierro del Salvador.
Al final del servicio divino de Matins of Great Saturday, se realiza el rito de entierro de la mortaja de Jesucristo. El sacerdote levanta la mortaja sobre su cabeza y comienza una procesión alrededor del templo. Delante está el clero con la mortaja, luego el coro y todos los creyentes. Durante la procesión, se lleva a cabo una campana fúnebre. Esta procesión es un recuerdo simbólico del entierro del Salvador. Como saben, después de la muerte de Jesucristo, José de Arimatea y Nicodemo retiraron el cuerpo del Salvador de la cruz, lo prepararon para el entierro y lo enterraron en una cueva ubicada cerca del Calvario.
Después de la procesión, la mortaja descansa nuevamente en el centro del templo. El santuario se ingresó en el altar ya la noche antes de Pascua al final de la lectura en la medianoche del canon del Gran Sábado.
El Viernes Santo es el día de ayuno más estricto para los creyentes ortodoxos. El estatuto de la Iglesia presupone la abstinencia de alimentos en este día hasta la cena (hasta que se saque la sábana santa para el culto diario).