El deseo de convertirse en político puede deberse a una variedad de razones. Por ejemplo, el deseo de cambiar el mundo para mejor, mejorar su estado material o lograr el reconocimiento público. Pero una cosa es convertirse en un político ordinario, un engranaje ordinario en una máquina burocrática, y otra muy distinta convertirse en un líder destacado que disfruta del apoyo de los ciudadanos y contribuye al desarrollo histórico.
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El concepto mismo de un buen político es bastante subjetivo. Todos ponen su propio significado en esta definición. Pero en su forma más general, es un líder que cumple con los requisitos y expectativas de la población y expresa sus necesidades.
Para convertirse en un buen político, es necesario tener una serie de cualidades que las personas atribuyen a un líder ideal. Esta imagen evoluciona constantemente a los ojos de los rusos. Mientras tanto, es posible identificar una serie de características comunes por las cuales los ciudadanos caracterizan a un líder ideal.
El poder para un político no debe ser un fin en sí mismo
Un político debería poder demostrarle a la población que el poder en sí mismo no es un fin en sí mismo para él. Este requisito está incrustado en la cultura política rusa. Por lo tanto, el análisis del folklore ruso y los cuentos de hadas, realizado por científicos políticos rusos, demuestra que los héroes positivos de las autoridades no hostigan, y los negativos están obsesionados con la manía de la dominación. En ellos, la función sagrada de un líder es proteger contra los efectos negativos de las fuerzas extraterrestres, que deben garantizar la estabilidad y el bienestar social. Dichos requisitos todavía están presentes en la conciencia política de los rusos y, en función de su cumplimiento, se evalúan los verdaderos políticos. Según las ideas modernas de los rusos, el líder del estado debe estar contento ante todo por los intereses del país y su pueblo, y solo entonces por los suyos.
Altos estándares morales
Un líder ideal debe tener altos principios morales y ser guiado por ellos al tomar decisiones políticas. El componente moral y ético siempre está presente en la solicitud política de los rusos. Son extremadamente intolerantes con la deshonestidad y el egoísmo de un líder.
Según las encuestas de opinión de 2000, a los rusos les gustaría ver al líder en primer lugar como justo, honesto, humano, atento a las personas, etc. Ahora, estas características también ocupan un lugar importante, sin embargo, dan paso al parámetro de fortaleza y actividad personal.
Voluntad política y fuerza
La demanda de un político fuerte es tradicional para la conciencia rusa. La fuerza personal fortalece el atractivo de un político. Este parámetro se caracteriza por componentes como la salud, la edad, los recursos intelectuales, la estabilidad psicológica, la capacidad de proteger los intereses del país y mucho más. El titular del poder es necesario para garantizar la estabilidad.
Hoy, los rusos atribuyen principalmente características como la firmeza y la rigidez a un político ideal. Debería haber sido capaz, indiferente a sus ciudadanos, independiente. Se espera que pueda articular claramente los objetivos del desarrollo del país y poseer un pensamiento estratégico.
Los rusos no están preparados para soportar un líder indeciso y pasivo. Una situación de política exterior difícil solo fortalece la opinión popular prevaleciente de que el país necesita un líder fuerte y decisivo, que siga una política independiente y esté listo para asumir la responsabilidad de sus decisiones y acciones.
Apariencia y Carisma
El carisma interno es uno de los fundamentos de la formación de liderazgo. Pero según la investigación en el campo de la imagen de un presidente ideal, los rusos son bastante tolerantes con los rusos ante las deficiencias externas del político. Están listos para soportar una apariencia desagradable y falta de encanto.