La revolución sexual es un proceso de cambios fundamentales en los principios morales de la sociedad, caracterizados por la transformación de las relaciones sexuales. Se cree que los principales eventos de esta revolución ocurrieron en los años 70.
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La aparición del término.
Los cambios en las actitudes hacia el sexo en la sociedad están asociados principalmente con la estructura del poder. En la antigüedad, el abuso sexual podía ser ritual. El simbolismo en las relaciones sexuales ha sido reemplazado por una visión del sexo como un tabú. A principios del siglo XX, incluso se condenó la exposición parcial del cuerpo. El sexo antes del matrimonio era inaceptable. La actitud hacia la anticoncepción y el aborto fue estrictamente negativa.
Pero ya en los años 20 en Estados Unidos comienza la demolición de las antiguas fundaciones. La gente se vuelve más libre, una década de jazz y fiestas entra en juego. En la década de 1930, salió el libro de Reich Sexual Revolution, destacando este término por primera vez.
Describió su propio programa para transformar la sociedad, basado en la resolución del aborto, el divorcio, la provisión de anticonceptivos y la educación sexual.
El origen de la revolución sexual.
La sociedad del siglo pasado hasta cierto punto consideró las relaciones de los sexos a través del prisma de la moral cristiana. El tabú en una serie de acciones ha dado lugar a la tradición de "exprimido" en este asunto. El trabajo de Freud fue uno de los primeros pasos en el estudio de la sexualidad. Conectó toda la teoría del psicoanálisis con el sexo y su influencia en la personalidad.
En Rusia, en la década de 1920, apareció una "teoría del vaso de agua". Su esencia es simple: tener relaciones sexuales es tan simple como beber un vaso de agua. La autoría del trabajo se atribuyó a muchos activistas de la Unión Soviética, incluida Alexandra Kollontai. El partido luchó contra esta doctrina, considerándola como maquinaciones burguesas.
De hecho, los partidos de izquierda de muchos países difundieron la libertad moral y contribuyeron al desarrollo de la revolución sexual. Pero sus acciones no fueron particularmente exitosas.