Muchos creen que la Iglesia ortodoxa tiene una actitud negativa hacia el matrimonio civil. Pero al mismo tiempo, se reemplaza el concepto de matrimonio "civil". Registro de relaciones en la oficina de registro y convivencia habitual: las cosas son fundamentalmente diferentes. El cristianismo acepta solo una de estas formas de unidad familiar.
En primer lugar, es necesario determinar los conceptos. Un matrimonio civil se considera no solo cohabitación, sino un certificado de lazos matrimoniales, respaldado por las leyes del país. La diferencia es muy importante. Incluso en los tiempos que precedieron a la revolución de 1917, en Rusia no existía el concepto de matrimonio civil como una vida conjunta de dos personas y su unidad corporal fuera de las relaciones oficiales. Fue considerado entonces, y ahora, como convivencia con el pródigo y, por lo tanto, pecaminoso. Por lo tanto, la actitud de la Iglesia hacia tal malentendido del matrimonio civil es negativa.
Un matrimonio real registrado por la oficina de registro es reconocido y considerado válido por la Iglesia Cristiana. Al mismo tiempo, la ortodoxia no insiste en la aceptación estricta del sacramento del matrimonio, sino que informa sobre la utilidad general de este último y la necesidad de una preparación adecuada e informada. El matrimonio es el nacimiento de una familia en el sentido civil del estado. El cristianismo no se opone a las leyes del país (las excepciones son casos de adopción de actos legislativos que son contrarios a los valores morales). El matrimonio no puede ni debe considerarse un pecado. Una persona procede a registrar sus relaciones con el estado y la Iglesia no tiene derecho a impedir que lo haga.
Algunos clérigos incluso bendicen no apresurarse en el sacramento del matrimonio, sino vivir tranquilamente en un matrimonio civil durante varios años hasta que la pareja tome conciencia de la necesidad de testificar de su relación no solo con el estado, sino también con Dios. Tal consejo tiene una justificación muy razonable y da una clara indicación de que la Iglesia respeta este matrimonio civil y reconoce su legalidad.