Los zapatos de la bailarina, en los que está comprometida y bailando, se dividen en suaves y duros. Cada tipo tiene sus propios requisitos, matices de elección y métodos de uso. A veces pueden variar de una escuela a otra.
Zapatillas de ballet suave
Las zapatillas de entrenamiento principales de la bailarina son zapatillas de ballet o checas, zapatillas suaves, fijadas en la pierna con bandas elásticas. Las zapatillas de ballet están hechas de tela de algodón, pero tienen una espalda reforzada y una plantilla que sostiene el arco del pie. La suela está hecha de material antideslizante. En estos zapatos, las clases diarias se llevan a cabo en escuelas de ballet. En ellas, las niñas hacen ejercicios en el banco y en el medio del pasillo. Las zapatillas de ballet vienen en diferentes colores, pero en los bailes clásicos, a menudo se usa el blanco. Estos zapatos varían en acabado: hay checos con una puntera reforzada con cuero, una suela única o separada.
Como regla general, los estudiantes eligen zapatos según sus sentimientos. Las zapatillas de ballet son bastante baratas y son un tipo de material consumible: con un entrenamiento intensivo, se desgastan y pierden su valor en solo un par de semanas. Un maestro experimentado puede determinar qué tan bien le está yendo a una bailarina solo mirando a sus checos. Por ejemplo, con un fuerte bloqueo del pie, el interior del zapato se desgasta y el ajuste correcto de las piernas implica el desgaste solo en el dedo del pie. A veces se aconseja a las bailarinas novatas que usen zapatillas de punta blandas especiales en el entrenamiento, algo entre las zapatillas de ballet y las zapatillas de punta comunes.
Las zapatillas de ballet selectas deben estar estrictamente en el pie, no deben ser libres.