En un estado democráticamente organizado, cada fuerza política tiene la oportunidad de llevar sus ideas y proyectos a la población en general. Boris Yulievich Kagarlitsky es uno de los líderes del movimiento de izquierda en Rusia.
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Infancia y juventud
Boris Yulievich Kagarlitsky nació el 28 de agosto de 1958 en una familia soviética ordinaria. Los padres vivían en Moscú. Por su afiliación social pertenecía a la categoría de intelectuales creativos. El padre del futuro disidente estudió literatura como un fenómeno de la cultura humana. Madre enseñó a los estudiantes los conceptos básicos de literatura extranjera y trabajó como traductora de inglés. Un niño desde temprana edad creció en una atmósfera de discusión política y búsqueda creativa. Yo leo mucho
Boris estudió bien en la escuela. Participó activamente en la vida pública. Fue a practicar deportes. Observé con interés cómo viven sus compañeros y qué objetivos se fijaron en el futuro. La biografía de Kagarlitsky podría haberse desarrollado de acuerdo con el esquema tradicional. En 1975, después de recibir un certificado de madurez, el joven ingresa al famoso GITIS sin mucho esfuerzo. Y no porque su padre profesara en esta institución. El stock y la calidad del conocimiento que poseía Boris le permitieron convertirse en estudiante de cualquier universidad humanitaria.
En el camino de guerra
Kagarlitsky no pudo obtener educación superior por sus pasatiempos. A diferencia de sus pares, que pasaban su tiempo libre con chicas, el hijo de intelectuales soviéticos estudió obras poco ortodoxas que criticaban el marxismo. Y no solo estudió, sino que también compartió sus pensamientos con sus camaradas. Tal comportamiento no pasó desapercibido para el sistema de seguridad del estado. Después de pedir un interrogatorio en la KGB, Boris fue expulsado del instituto de propaganda antisoviética.
Las represiones de las autoridades no causaron una buena impresión en Kagarlitsky. Más bien, lo contrario. Con renovado vigor y entusiasmo, se propuso organizar un círculo ilegal, cuyos miembros abogaban por la liberación de la clase trabajadora. En castigo por tal "creatividad", Boris y sus camaradas en lucha pasaron más de un año tras las rejas. Después de ser liberado por el perdón, un disidente amargado apenas encontró un trabajo no calificado. Pero comenzó intensamente a escribir artículos y publicarlos en periódicos y revistas extranjeros.