Es imposible imaginar el cine soviético sin el actor ruso Lapikov. Tanto los espectadores como sus colegas en el cine lo consideraban una persona única y un artista talentoso. Lapikov demostró al mundo que incluso sin una educación teatral completa, puedes tocar en el escenario de manera magistral.
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Orígenes y biografía
Ivan Gerasimovich Lapikov nació en una familia de campesinos. Su madre lo dio a luz mientras trabajaba en el campo el 7 de julio de 1922 en la granja Zayachiy (Región de Volgogrado). Desde la infancia, le fascinaba la creatividad, el sueño principal era la escena. Los padres no aprobaron sus pasatiempos debido a la piedad extrema. A pesar de su descontento, se inscribió en el Palacio de la Cultura. Lenin en Stalingrado. En una orquesta compuesta solo por instrumentos de cuerda, Lapikov disfrutaba tocando la balalaika, un poco más tarde ingresó en un club de teatro y fue a Jarkov. El estallido de la guerra lo obligó a interrumpir sus estudios, solo pasó 2 cursos en la escuela.
Familia y carrera
En 1941, comenzó a trabajar en el Teatro Drama de Stalingrado y le dedicó 20 años. 6 años después del comienzo del trabajo, conoció a su compañera de vida allí, la noble Julia Friedman. En 1950, tuvieron una hija, Elena, que fue cuidada por su abuela, porque Lapikov y Fridman desaparecían constantemente en el trabajo. Cuando Elena tenía 29 años, le dio a los padres de su nieto Alexei. Lapikov no buscaba un alma en él, estaba constantemente comprometido con él. Por cierto, gracias a Lapikov, a la edad de diez años, Alex había leído todos los trabajos de Gogol. El destino le dio amor y felicidad a Lapikov en su vida personal.
La escena era parte de la vida de Ivan Gerasimovich, donde no trabajó para la prosperidad. La familia siempre vivió modestamente, a pesar de su fama. En cada uno de sus papeles, literalmente se "disolvió", en el cine fue apodado "El Rey de los Episodios". Sorprendentemente, los papeles principales en su carrera creativa fueron pocos. A veces, el papel era tan secundario que su participación ni siquiera se mencionaba en los créditos. Pero esto no molestó a Lapikov, sino que solo lo motivó a trabajar más duro.