La etiqueta del habla es un conjunto de estereotipos del comportamiento del habla aceptado en la sociedad. En la actualidad, no es posible determinar con precisión el momento en que apareció el concepto de etiqueta. Una persona cultural y educada debe conocer las normas de comportamiento generalmente aceptadas, ser capaz de comportarse correctamente en la sociedad, a fin de encontrar fácilmente el entendimiento mutuo con otras personas.
La etiqueta del habla es un conjunto de reglas que le permiten usar los giros del habla en una situación particular del habla. La etiqueta del habla comienza a enseñar a más niños desde la primera infancia. Se les enseña a decir palabras de agradecimiento, saludos, disculpas ("lo siento, lo siento"). A medida que crecen, el niño comienza a aprender las diversas sutilezas de la comunicación, la capacidad de evaluar correctamente la situación del habla, expresar correctamente sus pensamientos.
Para ser reconocido como un conversador interesante, debes estar suficientemente educado. Para hacer esto, necesita leer muchas obras literarias para reponer su vocabulario, escuchar música de varias direcciones. Luego, cuando se comunica, una persona no se sentirá incómoda y avergonzada, sino que se sentirá segura y se comportará con tranquilidad durante la conversación.
La etiqueta del habla adquiere una función comunicativa. Conociendo las reglas, una persona alcanzará rápidamente un entendimiento con el interlocutor. La etiqueta del habla explica cómo comenzar, continuar y finalizar una conversación.
Cualquier conversación debe comenzar con un saludo. Es imperativo observar el orden: el hombre saluda primero a la mujer, la más joven, la mayor de edad, en el cargo; una niña es un hombre mayor que él. Para comenzar una conversación, debe saludar a una persona y presentarse. Puede felicitar al futuro interlocutor, pedir ayuda o decir una frase común sobre el clima.
Para continuar la conversación, puede hacerle al interlocutor algunas preguntas sobre sus pasatiempos para encontrar un círculo común de intereses con él. Siéntase libre de hacer preguntas para las que no conoce las respuestas. El interlocutor con mucho gusto compartirá información. Debe escucharlo atentamente, sin interrumpirlo, sino insertando frases emocionales para que sienta interés en la conversación.
Es importante poder finalizar la conversación con tacto. Cuando termina la conversación, en un tono decisivo pero cortés, puede decir: "Fue agradable hablar". Debe dejar claro al interlocutor que tiene un tiempo limitado, mirando el reloj y dirigiéndose a la salida. Es necesario contestar la última réplica del interlocutor.