“Provincia”, “provincial”: estos términos se pueden escuchar con mayor frecuencia hoy en día como despectivos, caracterizando el atraso, la no modernidad. Pero este no es siempre el caso, este término tiene una larga historia y sus propias características específicas. La provincia en nuestro tiempo es un fenómeno multifacético, un participante de pleno derecho en los procesos que tienen lugar en la sociedad.
¿De dónde viene la palabra "provincia"?
En la historia, este término apareció desde la época del Imperio Romano, conocido por sus numerosas conquistas de tierras, ubicadas, a veces, bastante lejos de Italia. La palabra latina provincia consta de dos: rro - adelante y vincere - brotes. Es decir en relación con la metrópoli: Roma, que estaba representada en forma de tronco, las provincias romanas eran sus brotes, a los que se les concedía el derecho a vivir sus propias vidas, pero al mismo tiempo estaban controlados por los gobernadores designados por Roma y estaban subordinados a los emperadores romanos.
Posteriormente, este término comenzó a usarse en la práctica administrativa, política y legal, adquiriendo un significado geográfico, incorporado dentro de los límites, y la vida cotidiana, caracterizada por una forma de vida y estilo de vida especial, la cosmovisión.
En ruso, el término "provincia" apareció después de las reformas administrativas emprendidas por Pedro I en 1699. Luego, durante la formación del sistema tributario, para facilitar la recaudación de impuestos y aranceles estatales, se decidió dividir el territorio de Rusia en 11 provincias y 49 provincias, reemplazando la antigua división en condados. Las provincias existieron como una unidad de división administrativo-territorial hasta 1780, pero esta palabra continuó utilizándose activamente en el idioma ruso para denotar todo un fenómeno cultural y social.