El cristianismo ortodoxo tiene muchas tradiciones. Una de ellas es la procesión de la Cruz, realizada en fiestas solemnes especiales.
La práctica de las procesiones religiosas tiene una historia muy antigua. Desde el establecimiento del cristianismo como la religión principal del Imperio Romano (siglo IV), las procesiones religiosas han entrado firmemente en la vida litúrgica de la iglesia.
La procesión es una procesión de creyentes con íconos, crucifijos remotos y pancartas en las calles de la aldea. Las procesiones religiosas son un símbolo visible del testimonio de la fe ortodoxa frente a las personas. Tales procesiones pueden llevarse a cabo no solo por las calles de una ciudad o pueblo, sino también simplemente alrededor del templo. Al mismo tiempo, el clero y el coro cantan ciertas oraciones, y se leen pasajes de las Escrituras.
De acuerdo con la Carta del servicio divino de la Iglesia Ortodoxa, las procesiones se realizan durante las fiestas patronales del templo. También la procesión se puede llevar a cabo en otras fechas memorables de la iglesia. La procesión puede ser determinada por el abad de una iglesia en particular.
Los pasajes religiosos pueden tener lugar los días en que varios santuarios llegan a la ciudad. Por ejemplo, íconos milagrosos de la Madre de Dios. En este caso, el clero y la gente pueden marchar con un icono milagroso de un templo de la ciudad a otro. Las procesiones cruzadas también pueden tener lugar en fuentes sagradas. Cuando los creyentes vienen a la fuente sagrada, se realiza un santuario de agua.
El componente principal de la procesión es la oración de los creyentes. Cada participante en tal procesión debe orar a sí mismo acerca de sus necesidades, así como las necesidades de sus vecinos. Además, durante las procesiones religiosas, se realiza una oración por toda la población de la ciudad o pueblo.