El concepto de conservadurismo se puede interpretar de manera extremadamente amplia, desde una de las principales estrategias políticas hasta las características de una persona. En la historia del pensamiento social, hubo varios conceptos interesantes basados en este término.
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El concepto de "conservadurismo" proviene del verbo latino conservo (save). En un sentido general, el conservadurismo es una guía para preservar el estado actual de las cosas, consolidando los valores existentes.
Inicialmente, el concepto de conservadurismo era de naturaleza puramente política. El término en sí se remonta a la época de la reacción después de la Revolución Francesa: el escritor F.R. Châteaubriand fundó una revista llamada Conservative, que expresaba los intereses de la clase aristocrática que abogaba por la restauración. Los principales teóricos del conservadurismo a fines del siglo XVIII y principios del XIX fueron J. de Mestre, E. Burke, S. Coleridge, L. de Bonald.
Sin embargo, los tiempos han cambiado, y los grupos inmobiliarios que se convirtieron en los primeros conservadores son cosa del pasado, y el concepto continuó vivo. La separación del conservadurismo del reaccionismo revela la esencia de esta posición de una manera nueva. El politólogo S. Huntington lo formuló más correctamente: el conservadurismo es un fenómeno históricamente variable, que consiste en el deseo de mantener el status quo. Al mismo tiempo, la posición razonable del conservadurismo permite innovaciones, guiadas por la fórmula: "tantos cambios como sea necesario y tanta conservación como sea posible". Este enfoque nos permite comprender la interesante colisión histórica característica de la URSS, donde el comunismo (originalmente una posición política de izquierda) se ha convertido en una corriente conservadora.
Existe una interpretación axiológica del término "conservadurismo". En este sentido, se habla del conservadurismo como un sistema de valores basado en la calma, la medición, la estabilidad y el orden. En un sentido amplio, una tradición se llama conservadora, que va desde Platón y Aristóteles a través de Dante y Maquiavelo hasta Burke y de Toville, contrastando con la línea de Descartes, Rousseau, Marx. Sin embargo, esta comprensión del conservadurismo es muy amplia.
El clásico del conservadurismo E. Burke formuló con precisión las características principales de esta tendencia, que se puede transferir del plano político a la psicología personal para comprender quién es ese "conservador por naturaleza". Una posición conservadora se caracteriza por: continuidad, confianza en la experiencia de generaciones; estabilidad, respeto por los valores; respeto por el orden y la jerarquía, tanto a nivel estatal como familiar; comprensión de la libertad como encontrar el lugar de uno en la sociedad; pesimismo y desconfianza hacia la innovación.