Una de las religiones más jóvenes del mundo es la fe Bahai. Surgió a mediados del siglo XIX. Actualmente, el número de creyentes que se adhieren a esta religión totaliza aproximadamente 5 millones de personas. Su fundador es originario de Teherán, un árabe de origen, Bahá'u'lláh (1817-1892). Por sus creencias religiosas, fue perseguido, fue exiliado en varias ocasiones y en prisión.
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Los bahá'ís creen en un Dios, bajo cuya autoridad todas las personas en la Tierra son independientes, independientemente de su afiliación nacional o religiosa. Consideran imposible e inútil cualquier intento de las personas de comprender la esencia divina. En su opinión, la conexión entre Dios y las personas se lleva a cabo con la ayuda de mensajeros, profetas, a quienes los bahá'ís llaman la Epifanía. Bahá'u'lláh es el último de una serie de Epifanías, junto con Moisés, Zaratustra, Krishna, Cristo, Mahoma.
Esta religión tiene su propio calendario, que consta de 361 días (10 meses por 19 días). Días faltantes antes del año normal o bisiesto Los días de Bahai se agregan entre el penúltimo y los últimos meses. Estos días se llaman Ayam-i-Ha. En este momento, se supone que debe divertirse, recibir invitados.
Los meses en el calendario bahá'í se llaman cualidades dignas o distintivos de Dios o del hombre. Por ejemplo, perfección, honor, conocimiento o discurso. El comienzo de cada mes se celebra el día del decimonoveno día.
El 8 de septiembre según el calendario gregoriano corresponde al comienzo del mes de Isaat según el calendario Bahai, que en árabe significa "Poder". En consecuencia, en este día los bahaíes celebran la fiesta del día diecinueve del mes de Isaat. Los adherentes de esta religión se unen para orar en común. Además, discuten cuestiones importantes relacionadas con cualquier aspecto de la vida, y simplemente se comunican, mantienen conversaciones amistosas sobre una amplia variedad de temas. Es decir, la festividad del XIX para el mes de Isaat ayuda a mantener el contacto entre los miembros de la comunidad, un sentido de su unidad. Así es como uno de los líderes espirituales bahá'ís describió esta fiesta: "Es la base de la armonía y la unidad. Da la clave para el establecimiento del amor mutuo y la hermandad. Es el precursor de la unidad de la humanidad".