Una mujer, al evaluar a un hombre, siempre mira cómo se presenta y cómo se comporta. En la apariencia y el carácter masculino, el sabor del sexo justo es diferente. A algunas personas les gustan las rubias impulsivas, mientras que a otras les gustan las morenas tranquilas. Pero aquí las mujeres son juzgadas por las acciones de los hombres de una manera. Hay un código de práctica tácito que todo hombre debería poder hacer.
Un hombre debe ser real
En la comprensión de las mujeres, la palabra "hombre" está ciertamente asociada con el epíteto "real". Y, desafortunadamente, muchos "hombres", tratando de serlo, se alejan cada vez más del ideal femenino. Muchos representantes de la mitad fuerte de la humanidad piensan que ser un verdadero "hombre" significa caminar con barba que ha crecido, beber mucha cerveza, hablar indecentemente y, lo más importante, nunca mostrar emociones y actitud tierna hacia las niñas. Estos son los errores más comunes. Y si vas desde el lado opuesto, ¡este es el primer punto que todo hombre debería poder hacer, solo con una partícula de "no"!
Un hombre debe plantar un árbol, construir una casa, criar un hijo. Esta afirmación sigue siendo cierta. Lo único: olvídate de las aspiraciones medievales del nacimiento del heredero. Lo principal es que los niños se conviertan en personas reales.
Un hombre de verdad debe poder cocinar
Por el contrario, lo que un hombre debe poder hacer a menudo no encaja con la imagen de un "hombre". Un hombre debe poder cocinar. ¡Sí, sí, debería!
Cocine para cuidarse cuando no esté casado, para no sentarse en el cuello de su madre y ser independiente. Cocina para complacer a tu pareja con una sorpresa inesperada en forma de una cena romántica a la luz de las velas. Cocine, porque hay platos verdaderamente masculinos a los que una mujer simplemente no debería acercarse. Una mujer cocinada de acuerdo con todas las reglas con manos masculinas o un kebab o pilaf definitivamente lo apreciará.
Un hombre debe venir rápidamente al rescate
Un hombre de verdad debería poder brindar primeros auxilios. En primer lugar, porque él, como superhombre, siempre viene al rescate en las situaciones más difíciles. Un hombre nunca tendrá miedo de ver sangre o el desmayo inesperado de una joven. Podrá hacer respiración artificial, imponer un torniquete y llevarlo a la conciencia. De lo contrario, es difícil llamarlo un hombre de verdad.
Un hombre simplemente debe ser capaz de hacer frente a los asuntos de los hombres, en los que las mujeres no entienden. Vuelva a colocar el grifo en la cocina, repare un hervidor eléctrico roto, cambie el cableado: estas habilidades son indispensables en la vida.